Intentas luchar con la puerta
No tardas en darte
cuenta que aun con ayuda del exterior la puerta metálica y descuadrada por el
movimiento del edificio no abrirá.
Román forcejea
junto contigo por lo que parece una eternidad.
En algún momento
te detienes exhausta, y escuchas que el descansa también.
Te dice que
esperes, que traerá algo que usar de palanca, ya que han logrado abrir un
resquicio de una decena de centímetros en la esquina superior de la puerta. Te
das cuenta que el exterior es oscuro en cuanto el parte, tu sabes que solo
ciertas oficinas reciben luz natural.
Y no puedes más
que sentirte frenética.
Es descansando
sobre la puerta que decides prender una vez más tu teléfono buscando confort.
No le has hablado a familia o amigos, quizás sea momento.
Y la verdad es que
no imaginas que podría usar Román para sacarte de aquí, o quien en su sano
juicio coloca puertas metálicas en los sanitarios de edificios de
oficinas.
La poca luz de la
pantalla de tu teléfono te permite darte cuenta de tu situación, eres un
desastre de sangre y lodo. La puerta con la que forcejeabas pareciera sacada de
una exagerada película de terror.
Te miras en el
espejo, tu cabello revuelto, una cortada en tu rostro sangra más profusamente
de lo que imaginaste en la oscuridad.
Una cortada hecha
con... los pedazos de espejo en el suelo...
Miras con terror
tu reflejo en un espejo inmaculado. Entero.
Asustada dejas
caer el teléfono, que parpadea un par de veces antes de apagarse en el agua.
Ahogas un grito e intentas entender que sucede mientras buscas una pared en la
cual recargarte, el mundo aparte de haberse sumergido en la oscuridad,
pareciera haberse difuminado de tus otros sentidos.
Sigues luchando con
tu propia mente para lograr concentrarte, te preguntas si la falta de sangre te
está haciendo alucinar.
Todas estas ideas
escapan tu mente, en el momento en que caes de espalda por el marco de la
puerta hasta hace un minuto cerrada.
En el suelo,
sorprendida por los acontecimientos permaneces quieta mientras tus ojos se
acostumbran a la poca luz.
Quisieras
entender, pero no hay tiempo para eso. Ves la silueta de un hombre de
abandonando la habitación. Un hombre de espalda anchas y un casco
amarillo.
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¿ Que harás ahora
?