Abres
los ojos una vez más.
Una
vez más, te topas solo con oscuridad
Empapada
por las tuberías rotas agradeces que sea agua potable. Lo cual no hace menos
desastroso el estado del lodo en el suelo de la habitación.
Tienes
frio, y no quieres prender tu celular, ya está la batería baja, y puede ser que
sea tu única salida.
Tu
mente trabaja lentamente, le cuesta procesar los ruidos del entorno. Estabas
ensoñando alegremente la tarde del día de ayer, pero algo te trajo de vuelta a
la realidad.
Es la voz de Roman, te llama a gritos
desde el exterior, tu mente parece volver al fin del estupor mientras la
conciencia de lo desesperado del presente revive.
Intentas gritar de vuelta para descubrir
tu voz ronca, por lo que te parece una eternidad aclaras tu garganta para
devolver el llamado…
Hasta que escuchas su voz al otro lado de
la puerta, clara y estresada. Del tipo que delata que las cosas no están bien,
pero no quieren preocuparte con los detalles…
Roman te explica rápidamente que no hay
bomberos a la vista todavía, y que los designados personal de emergencias del
edificio ya lo consideraron evacuado.
Él se coló corriendo porque nadie más sabe
dónde estás y porque el líder del staff de rescate del edificio se negó a
entrar o a ordenar a alguien que lo hiciera.
Escuchas como forcejea con la puerta,
mientras sientes mucha de la desesperación y terror que has mantenido a raya
hasta el presente.
Sientes que el tiempo se agota…
¿Qué sucede a continuación?
Luchas por tu vida, regresando de golpe a la realidad, ayudando y remover cosas para poder salir de ahí.
ResponderBorrar- No es seguro, verdad? - le preguntas a Roman, dudando pero confiando en que saber las condiciones de la situación sería de gran ayuda.
- Si, - contesta, resoplando a causa de la intensa actividad.
Un silencio extraño, pequeños rechinidos, tus pies se resbalan, las manos duelen. Comienzas a ver un punto de luz, del otro lado, quieres salir y hablar con alguien que te explique qué demonios. Pero estás lejos de saber que ni siquiera aquellos que ahora están del otro lado lo saben, la realidad les pisa los talones, cambiando a cada paso, escapándose a las circunstancias, sorprendiendo y tirando cualquier predicción.